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Eneatipo 4


La envidia, carácter depresivo masoquista.

En el plano emocional, el elemento más característico del E4 es la envidia.  Esta consiste en una comparación dolorosa con los demás, que puede sentirse como falta de valor de uno, rencor competitivo o excesivo empeño en conseguir el reconocimiento.

Lo más típico del E4 es un sufrimiento exagerado. Fritz Perls llama a algunas mujeres envidiosas “las reinas de la tragedia”, queriendo destacar el uso que hacen del sufrimiento para destacar su propia importancia y como atraen la atención con sus necesidades frustradas.

Si los bebes lloran para conseguir los cuidados maternos, en la personalidad del E4 este rasgo se exagera de una forma manipuladora.

La disposición caracterológica del E4 conduce con frecuencia a la persona a situaciones auténticamente dolorosas.  De algún modo, una anticipación negativa acaba creando una realidad externa que confirma dicha expectativa.
Hay gente que da la impresión de atraer la mala suerte, y realmente sufren accidentes y pasan por verdaderas tragedias.  Un concepto adecuado sería el de “autoderrota”, aunque el modo en que opera este autoderrotismo pueda ser inconsciente o aparentemente misterioso.
El sufrimiento y la expresión de la frustración pueden actuar como sustitutos de la capacidad de pedir, como inductores de culpa en el otro o como elemento de castigo.

Por otro lado, el sufrimiento puede ser “masoquista”, en el sentido de que la persona desee asumir una frustración o un dolor excesivo a partir de su necesidad de ser amada o para considerarse merecedora de amor.
Se ansía el amor como compensación de una falta de amor a sí mismo, por un estado de frustración y autorrechazo intenso y ya crónico.

En el E4 existe una creencia excesiva en el amor como solución de todo.

La envidia es hermana de los sentimientos de inferioridad, culpa y vergüenza.  Las personas E4 propenden a verse a sí mismas como estúpidas, torpes, feas y, a veces, incluso repulsivas física o moralmente.  Así como los E2 encumbran la imagen que tienen de sí mismos, las del E4 la echan por tierra.

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