Avaricia
y desapego patológico. Esquizoide, orientación al conocimiento. Observador.
El
amor al conocimiento se asocia aquí al amor al dinero y ambos amores, el
material y el intelectual, son lo que le queda a alguien cuya característica
principal es la desimplicación de las relaciones, de la vida e incluso de la
experiencia que tiene lugar a cada momento.
El
punto clave es más bien el no dar, la falta de generosidad, la retención.
Estas
personas no presagian que el contacto con otros vaya a ser enriquecedor y, por
tanto, anticipan que se quedarán consumidos.
Sienten
que si dan lo poco que es suyo se
quedarán sin nada en absoluto.
Como,
en un mundo de intercambios, alguien que no esté dispuesto a dar puede esperar
bien poco de los demás; un E5 procura reducir sus necesidades y aprende a vivir
con muy poco. Aprendió de niño que
cualquier cosa que hiciera estaba abocada al fracaso, que jamás podría lograr
nada ni por la fuerza ni por la seducción.
La
postura de situarse como un observador de la vida, sin sentir ni hacer, conduce
naturalmente a un sentimiento de no estar viviendo, lo cual puede estimular el
deseo de tener experiencias. Del
conflicto entre el miedo y el deseo de vivir experiencias surge la sed de
conocimiento, como deseo de estar en contacto con la vida sin involucrarse en
ella.
No
obstante, las relaciones afectivas pueden ser muy intensas, porque los E5 son
distantes de todo el mundo excepto de sí mismos.
Se
mantienen a distancia de casi todos, pero, como humanos, necesitan relacionarse
y de ahí que necesiten depositarlo todo en alguien.
No
se trata de un desapego auténtico, sino de una evitación del contacto y de un
fuerte apego a estados internos. Es, pues,
intolerancia de las experiencias que podrían suscitar el contacto.
En
el caso del eneatipo 5, la ilusión es creer que afuera no existe nada bueno,
idea que les hace temer ser devorados.
Son
lo que la psicología académica llama “esquizoides”. Están muy en contacto con su interioridad,
aunque a costa de perder el contacto con los demás.
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